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Porque yo también estoy sujeto a la autoridad de mis superiores, y a la vez tengo soldados a mis órdenes. Si a uno de ellos le digo: “Vete”, va; y si le digo a otro: “Ven”, viene; y si a mi asistente le digo: “Haz esto”, lo hace.

Al oír esto, Jesús quedó admirado de él. Y dirigiéndose a la gente que lo seguía, dijo:

— Os aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande como esta.

10 Y cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron curado al asistente.

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